Urte Berri On

Mi último post es para desear a todos los que dedican parte de su tiempo a leer mis reflexiones, un estupendo nuevo año, el 2015 ya.
 
 
Se va un año que nos ha dejado buenos y malos momentos, como suele pasar con todos los años que han pasado. Veremos esta noche el resumen del año en la tele, y nos parecerá que está repetido, o que ya nos está afectando el champán, tan pronto, porque todo nos suena haberlo visto ya en la Nochevieja del año anterior. Y es que el género humano no cambia, y las historias, con personajes diferentes, cantan siempre la misma canción. Las buenas y, sobre todo, las malas.
 
2014 se despide con un sinfín de despropósitos, con palabras necias, con comportamientos insostenibles por bárbaros, por maleducados, por grotescos, por esperpénticos, por insultantes para todo el que se considere un ser humano, en el sentido más pleno de la expresión.
 
Pero también se despide con experiencias humanas loables, que nos hacen mantener la confianza en las personas: descubrimientos a nivel científico, reacciones solidarias incontestables, manifestaciones de la ciudadanía que parece que es capaz de reaccionar y salir de su letargo...
 
En lo personal, dejo atrás un año muy interesante por los proyectos que quedan abiertos para 2015, y que iré desgranando poco a poco. Proyectos donde puedo dar salida a mis inquietudes en el mundo de la gestión de proyectos europeos, en el fomento del emprendimiento y la educación, en el desarrollo en definitiva de iniciativas que intentan hacer mi entorno más cercano, un poquito mejor. En un contexto poco propicio, tengo que estar agradecida por las personas y organizaciones que he conocido, y que hacen ver con esperanza e ilusión este nuevo año.  Gracias a todos de verdad. Espero que pronto veáis resultados claros de todos estos esfuerzos.
 
FELIZ AÑO 2015.

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